Gilberto M. Arroyo
Kadavar es una banda que me gusta.
For the Dead Travel Fast y The Insolation Tapes.
Ya no son más los tiempos del riff. La guitarras machacantes y repetitivas se acabaron. El bajo denso, atascando la guitarra y las baquetas aporreando los tambores cedieron el paso a las atmósferas de cajas de ritmos y teclados.
Una nueva forma de concebir la música que se comenzó a gestar en For the Dead Travel Fast. Aunque ahí es posible encontrar stoner (por favor, escuche Demons in My Mind o Children ot the Night) . En The Insolation Tadesde dese el inicio encontramos sonidos que recuerdan más al progresivo, justo lo que encontramos en una especie de suit compuesta con las cinco primeras canciones: I-The Lonely Child está más cerca a The End, primer track de For the Dead Travel Fast, que de Come Back Life cuyos riffs y bajos que se acercan al one hit wonder de Los Bravos.
Alguna vez, en una entrevista, Lupus Lindemann, vocalista y guitarrista, declaró que en el mundo del rock, ya no hay nada nuevo bajo el sol. Por eso quisieron sonar como contemporáneos de los dos primeros discos de Black Sabbath, al primer Deep Purple, o a Led Zeppelin. Desde Kadavar hasta Rough Times no hay más que rock clásico vuelto stoner. Hay Rock.
De repente, sin embargo, suenan a Pink Floyd. Aquí la muestra:
Kadavar, con su propio sello discográfico, Robotor Records (quizá gracias a ello), se reinventan para entregar un disco que raya en la psicodelia. El trío alemán se acerca a la propuesta más original de Pink Floyd, el Meddle: II- Fly Among the Stars no deja de evocar a varias partes de One these Days y a Echoes (algo muy similar ya lo hizo Asteroid con su fabuloso III). En III-Unnaturally Strange (?) sorprenden con sus ritmos “tropicales”, muy al estilo de Santana en sus improvisaciones en vivo. Luego, la joya de la suit: IV-(I Won’t Leave You) Rosi. Una introducción con con acordes de piano y guitarra que acompañan a una voz que lamenta una partida cuyo desenlace es un solo de guitarra con una distorsión muy alejada del stoner, pero muy psicodélica y, paradójicamente, cercana al punk más clásico. La suit termina como empezó, atmósferas densas de teclados, la voz de Lindemann y, al fondo, las palabras de un pequeño, y un solo de guitarra al estilo de Gilmour que roba una sonrisa.
La reinvención total de Kadavar la encontramos en Eternal Light (We Will Be OK). Aquí no está presente Tomy Iomy, se evoca más bien a George Harrison en el Sgt. Pepper’s, las guitarras, los tambores y el bajo con ritmos orientales. Sin duda, se antoja bailar.
Los tracks restantes son baladas bien estructuradas, los teclados son protagonistas. La voz siempre impecable. Algo de esto ya había hecho Kadavar en Rough Times, con la hermosa pieza You Found the Best in Me.
Todo parece indicar que el power trio alemán está haciendo la música que siempre quizo hacer y ese atrevimiento siempre se celebrará.
Aunque en el rock ya no hay nada nuevo bajo el sol, Kadavar es una banda con una propuesta original que me sigue gustando.